viernes, 23 de agosto de 2013

[Sichul] Come Closer

Título: Come Closer
Couple: Sichul [Siwon x Heechul]
Grupo: Super Junior
Tipo: Yaoi
Palabras: 3,221
Género: AU, Drama, Romance, Angs
Clasificación: NC-15
Advertencias: Muerte de un personaje. Cataclismo mundial
Comentario: Basado en el MV "Come Closer" de Brown Eyed Girls.
Dedicatoria:
¡FELIZ CUMPLEAÑOS AMOLOVE!
Se que quizá no sea buena idea regalar angs, pero esto es tuyo.
De todo corazón, que te pases un gran día y seas feliz con todos los que te rodean :)


Come Closer
"Para ti que eres solo una parte de un hombre"

Heechul despertó. Y sabía exactamente lo que le esperaba el día. Todos los días eran exactamente iguales desde hacía mucho tiempo. Ni siquiera estaba seguro de cuanto pudo haber pasado. Y es que si había pasado mucho. No recordaba el día que era, pero el calendario que pendía en una de las paredes de la cocina, posiblemente se encargaría de hacerlo.

Las sabanas blancas de seda se frotaban creando una adorable sensación sobre su piel. Su cabello largo cayó sobre sus ojos cuando se giro sobre la cama. No quería moverse, el hecho de pensar siquiera le daba pereza, pero de todos modos se giro para comprobarlo. Del otro lado de esta, estaba el ser más hermoso que jamás pudiera haber visto. Sus finos rasgos masculinos estaban tranquilos en el sueño y las sabanas estaban hasta sus pectorales. Lo observo por un rato largo buscando algo que estuviera mal en el, pero no lo había. Su piel era suave, sus labios delgados y sus pómulos pronunciados.

Se levanto de la cama con cuidado para que no se despertara. Camino hacia el baño y se desnudo, quitando de su cuerpo las telas con las que dormía. Nada tenía sentido, nada quedaba ya para él, y sin embargo seguía allí.

Había estado dando vueltas alrededor de agencias gubernamentales y algunas agencias privadas, no tenía un empleo fijo y del último que tenia, el gobierno mando a cancelarlo por una inesperada evacuación masiva. Pero él se quedo.

Aun había personas en las ciudades, parcas pero las había, gente buena y gente mala. Gente trabajadora y simples locos como él. Porque eso es lo que era. Un loco que jugaba con los genes de la gente. Era definitivamente diferente a los demás locos, pero era uno de ellos, uno que podía manipular el ADN.

Cuando estaba a punto de darse por vencido y tomar un Arca para salir del planeta, fue contactado por alguien. Sooman dijo que era su nombre y su compañía SMLAB. Tenía la idea de vivir para siempre y las investigaciones que el tenia eran las más fructíferas en buenos resultados en ese aspecto.

Le prometió una casa en donde quisiera, cualquier parte del planeta o del universo. Le prometió todo lo que deseara. Y ambiciosamente lo acepto.

El agua de la ducha se escurrió por su piel que no pedía nada comparada con la blancura de los azulejos. El aroma a champú le inundo la nariz y la espuma escurrió desde su cabello hasta su cintura.

Recordó como lo conoció y una sonrisita triste intento salir de sus labios. Había pasado demasiado tiempo y seguiría pasando el tiempo mientras siguiera allí.

La primera vez que lo vio fue en la playa.

Había pedido a Sooman una casa cercana a la costa, donde pudiera ver el mar y oler la sal. Y el hombre de negocios no se negó. A cambio, pedía buenos resultados en los experimentos.

Vio la casa a través del vidrio del helicóptero al sobrevolarla. Esta estaba ubicada en una playa de arena blanca y peñascos negros. Hacía mucho aire y bastante frio. Las playas ya no eran cálidas a esas alturas del planeta y el mar parecía gris.

El piloto le informo como debía bajar y que todo lo que necesitara estaría en la casa. El llevaba solo una bolsa con sus objetos más preciados: la foto de su madre, el collar militar de su padre y unos pocos juguetes para el gato azul ruso que se colaba entre sus piernas y el cual estaba visiblemente encrespado por el viaje.

Cuando bajaron del aparato y lo vio alejarse, disfruto de su soledad. Nunca había estado tan solo en toda su vida, hasta que su familia salió en un Arca con destino a un planeta cuyo nombre no recordaba, pero que sabía que estaba en la galaxia de Andrómeda. Salió de la casa después de dejar en la sala su maleta, pues quería mojarse los pies con esa agua picante por la sal.

Junto a una roca llena de moluscos estaba sentado, con un pantalón corto de color blanco y parecía examinar un cangrejo que caminaba por allí. Se le hizo muy raro que hubiera otra persona en esa playa, pues estaba a al menos dos días caminando de la ciudad más cercana y la vía mas rápida era volar.

Siwon… así se llamaba. Y era investigador también.

Como él, se dedicaba a la indagación genética, a la clonación. Lo que posiblemente Sooman había pensado sería bueno para trabajar. Había oído varias veces de un genetista ermitaño… el más inteligente de todos, y se sorprendió al descubrirlo en Siwon mientras trabajaban en el blanco laboratorio.

Ni siquiera se lo pensó demasiado cuando su relación profesional paso a algo más corporal, y después a algo completamente sentimental. Siwon era para él, casi igual de necesario que esa playa.

Los besos de Siwon eran igual de refrescantes que el agua esa mañana, puros y cristalinos besos. En aquella playa en la que se conocieron pasaron muchas noches y algunos días. Ambos investigaban algunos animales marinos y su periodo de vida, buscando las encimas de la inmortalidad, recurriendo a animales que podían entrar en hibernación y despertar cientos de años después sin mayores problemas. Ya no había leyes de prohibición alrededor del planeta, el mundo estaba acabado, no había nadie más que unos pocos científicos y algunos millonarios que financiaban aquellas investigaciones, la gente normal intentaba huir y quienes no podían, se refugiaban en ciudades que parecían fantasmas, llenas de miseria y necesidad.

Aun bajo la ducha, oyó como Siwon se ponía de pie y se alistaba para comenzar el nuevo día. Heechul estaba tan enamorado, como el primer día, si no es que mas, pero continuaba con el corazón partido, destrozado, esparcido por la sala de estar y tintado de rojo.

Cuando salió de la ducha se encontró con Siwon en la cocina. Era alto, varios centímetros más que el, tenía los ojos rasgados de color obsidiana y el pelo azabache le caía hasta el principio de las orejas. Nada salió de sus labios, más que una sonrisa discreta. Siwon tenía enfrente de si una taza de porcelana blanca que coloco frente al asiento de su derecha, se sentó a su lado mientras revolvía con una cucharilla de acero inoxidable su café con leche. Siwon le acerco un paquete de galletas de chocolate, sus favoritas. Lo miro directamente a los ojos, los ojos de Siwon eran profundos, negros y brillantes. Como un poso de agua, en que se refleja la luz que le llega, creando figuras destellantes. Tomo las galletas y Siwon se fue de la habitación.

Ahora era cálido y al mismo tiempo frio. No había rastros de aquel Siwon pasional que había conocido hacía muchos años. No volvió a ver su sonrisa sincera y amplia. No volvió a ser levantado en vilo para ser llevado a la cama después de una ardua jornada de trabajo. No había más de esas cosas. Solo su frio y al mismo tiempo cálido Siwon.

Se detuvo durante mucho tiempo en la cocina. No quería volver a verlo, pero al mismo tiempo no podía vivir sin él. Era el sentimiento de contradicción que anidaba en su pecho lo que le hacía permanecer allí a pesar de que no quería. No decidía si irse y abandonarlo o simplemente quedarse allí para siempre.

Hacía tres meses, el señor Soma había fallecido. Gracias a él, había podido vivir unos pocos años más de lo que esperaba, y le había estado agradecido hasta el final. A él y a Siwon. Sintió que era lo último, pero Sooman fue más allá de todo. Le dejo la casa en la playa y parte de las acciones de la empresa. Ahora Heechul tenía dinero y un perfecto laboratorio en la playa.

El día que se lo informaron, fue por medio de una holografía. Sooman mismo había grabado aquella información y era inequívoca. Pero Sooman también le pedía que se fuera de allí, que abandonara todo y siguiera una vida mejor. Pero Heechul no conocía otra vida mejor. Lo único que quería era seguir allí, en su casa blanca en la orilla del mar.

Siwon estaba sentado a su lado y lo miraba con curiosidad, como si no entendiera una palabra de todo aquello. Cuando le sonrió para decirle que todo estaba bien, Siwon le respondió la sonrisa y él se colgó se sus hombros en un abrazo que necesitaba con los ojos llenos de lagrimitas de emoción. Ahora podía dedicar su tiempo completo a Siwon.

Heechul metió los dedos entre sus cabellos y tiro de ellos. El corazón se le partía cada día, y no odia hacer nada. Cada día perdía las esperanzas de lograr cualquier cosa, aunque de vez en cuando, alguno lo lograba. Esa mañana había obtenido galletas de Siwon.

El poco café de su tasa ya estaba frio cuando lo dejo en el lavavajillas. Sus pasos en la casa eran silenciosos. Heebum se restregó a sus pies pidiendo alimentos, los cuales sirvió y dejo al animalito comer en paz.

Su habitación estaba en la segunda planta de la casa y tenia amplias ventanas. Ahora podía observar su soledad, soledad que siempre había apreciado, pero que ahora no quería. Quería volver a sentirse como cuando lo conoció, como todos esos meses y años posteriores.

Se cambio y se puso una ropa de una sola pieza de color negro, nada más en la casa era negro. Todo era de un impecable blanco hospital y todo estaba pulcramente limpio, blanco por donde se mirara. Blanco que asustaba.

Al bajar por las escaleras, se percato de la presencia de Siwon una vez más. Estaba sentado en el sillón de la sala de estar, frente a la pantalla de televisión apagada. Volteo un poco cuando Heechul llego hasta allí. No podía dejarlo. Era suyo, por eso se recriminaba cada día. No podía dejar lo que le pertenecía. No podía. No podía.

Se sentó junto a él y con el control remoto sintonizo las noticias.

La cuarta guerra mundial está por estallar. Los residentes de la tierra están abandonándola para ir a otros planetas. La población actual de la tierra es de cinco mil quinientas cincuenta y un personas. La contaminación del planeta está en una fase irreversible totalmente. Al planeta le queda a penas cuarenta años para ser completamente inhabitable. El planeta KT102 es el mejor planeta para hacer una nueva vida. 
Coloco su cabeza contra el hombro de Siwon. La blancura de su camisa reflejo la luz del sol que entraba por la puerta de cristal y le cegó momentáneamente. Cuando su vista volvió pudo observar de cerca a Siwon. Su piel, sus largas pestañas, su calmada respiración que le hacía subir y bajar al compas. Pero Siwon no lo veía a él. Seguía con la vista fija en la pantalla, aunque esta ahora mostraba interferencia.

Recordó a su antiguo amor. En cualquier día normal, en cualquier momento normal, de haber adoptado la posición que tenia, lo habría volteado a ver, con sus ojos centellantes para decirle un millón de veces que lo amaba, y que nada seria de su vida sin él, hasta que él se ponía rojo y se intentaba separar del agarre. Luego Siwon lo besaba lentamente, como si no hubiera afuera catástrofes naturales, muerte y una tierra al borde del colapso. En aquellos instantes, mientras se besaban con calma, solo existían ellos dos.

Ahora ni siquiera le dedicaba una mirada en ese momento. Heechul sintió su corazón oprimirse más y enlazo sus dedos con los de él. Era la única forma de sentir que aun estaba vivo, de sentirse conectado a algo de realidad. Su tacto era cálido, sus dedos largos y finos pero ya no estaban llenos de ese calor de antaño.

Se dejo llevar por la suave respiración que lo mecía y se quedo dormido en esa posición.

En su sueño todo era blanco. La playa, los relucientes rayos de sol, la espuma del mar, Siwon frente a él. Y se sentía bien, se sentía amado otra vez.

Cuando abrió los ojos de nueva cuenta, Siwon seguía en la misma posición que antes, incluso sostenía aun su mano. A él le dolía el cuello y la espalda debido a la postura que tenia. Pero Siwon parecía estar cómodo. Se levanto porque comenzaba a sentir hambre y dejo a Siwon en el sofá, sentado igual que antes.

La cocina de aquel sitio era grande, y al igual que el resto de la casa, de color blanco, color que empezaba a odiar como si su vida dependiera de ello, solo que aquí todo el instrumental necesario también era de color plateado. Brillante y pulido acero. Frio.

En el refrigerador había muchas cosas para cocinar. Cada mes un helicóptero le dejaba una caja de suministros, tanto alimenticios como médicos. Cocino algunas piezas de pollo que había y puso algunas verduras de acompañamiento. Los platos servidos humeaban en la pequeña mesa de dos plazas donde Siwon estaba sentado y donde el termino de colocar el par de copas de vino.

Siwon paseaba la vista entre él y el plato al frente. Cuando Heechul tomo el tenedor y pico un pedazo de la carne y se la llevo a la boca, Siwon pareció contento y repitió el gesto.

Heechul podía perder la cabeza. Era él, pero al mismo tiempo no lo era. Sus ojos, su boca, la forma en que su manzana de Adán subía y bajaba, el compas de su respiración era idéntico, pero ya no le quería, y ese era el peor sentimiento de todos.

Volver al laboratorio era lo único que quería. Solo. Porque Siwon ya no le ayudaba, no desde aquella noche.

Los truenos hacían retumbar los cristales y los relámpagos caían en el mar a poca distancia de la casa. Esa misma tarde habían paseado por la arena húmeda antes de volver al laboratorio subterráneo. Sooman aun vivía.

Siwon y el peleaban por acerca de quién escogería la película de la noche. Iba ganando Siwon, pues su linda sonrisa lo encandilaba, se reían en la sala y Siwon lo tiro contra el mueble blanco, haciéndole cosquillas. Nunca supo cómo llegaron esos vagabundos hasta allí. Era una playa cerrada, completamente alejada de todo. Ni siquiera estaba seguro que la gente supiera de su existencia.

Se adentraron por la puerta de la cocina, y antes de percatarse, Siwon peleaba de verdad con ellos para que no lo lastimaran, posiblemente ellos solo querían comida o algo así, sin embargo uno llevaba una navaja. Siwon los golpeo, Uno de los dos lanzo la navaja, que fue a incrustarse al cuello de Siwon. Sus ojos se abrieron grandes y redondos, de repente ya no podía hablar y borbotones de sangre salían de la herida. “Es la arteria” pensó. Los hombres corrieron afuera de la casa y se perdieron en la tormenta.

La sala blanca estaba salpicada de rojo. Las manos le temblaban mientras intentaba recuperar todo su conocimiento del abismo al que había sido mandado por el miedo, tenía que salvarlo. Lo arrastro dejando un camino rojo hasta la entrada del laboratorio.

Los ojos frente a él le regresaron a ese momento, allí, cuando comían sin siquiera saber quién era el otro. La pulsera en la mano derecha de Siwon giro y dejo ver un código de identificación.

2876 – 05 – 06 – SW – 00867
El día de ayer había sido un número diferente.

Año, mes, día, nombre y número de experimento.
El laboratorio estaba sellado. No se podía pasar a menos que tuviera identificación. Subió de nuevo a la recamara principal y se cambio la ropa por una más adecuada para el laboratorio. De odioso color blanco.

Maldito blanco. Maldito blanco. Maldito blanco. Maldito blanco. Maldito blanco. Maldito rojo.
Una lágrima se asomo en el borde de sus ojos, pero la contuvo.

La puerta estaba detrás de las escaleras de ascenso, paso la tarjeta y tecleo el numero de seguridad personal que tenia.

“Kim Heechul 10031202”
Las paredes del laboratorio eran incluso más agobiantes que las del resto de la casa. De un blanco tan inmaculado que una mota de polvo se vería sobre ellas, los instrumentos hacían parecer la escena terrorífica y bestial. Al frente, había tres mesas con tres cuerpos tendidos. SW 00868. SW 00869. SW 00870.

Reviso los signos vitales de los cuerpos y el rostro de apacible de Siwon se burlo de él cada una de las tres veces.

Ese cuarto estaba lleno de rojo. Los frascos y los tubos de precipitados llenos con sangre esperaban en un estante. En un mechero se calentaba una sustancia y más allá el microscopio tenía una muestra de las neuronas de Siwon. Del verdadero Siwon.

La noche de tormenta, no había podido hacer nada. Solo quedarse a su lado hasta que no pudo seguir respirando. No pudo detener la hemorragia, no pudo hacer que se quedara con vida.

Esa noche también se prometió traerlo de vuelta. Todos esos años de investigación servirían para algo. Regresaría a Siwon a sus brazos.

Los cuerpos eran perfectos en cada uno de sus detalles, pero algo estaba terriblemente mal. Cada uno de sus clones, cada una de sus copias, carecían de sentimientos poderosos, carecían de la sensibilidad y no lo amaban, no como el verdadero Siwon lo había amado.

Además, solo vivían un día. Un día único sin sentimientos.

Por la noche, los micro robots retiraban el cuerpo y colocaban uno que el mismo preparaba para eso. No quería estar solo, pero le aterraba hacer el trabajo por sí mismo. El cuerpo anterior, era llevado al laboratorio y volvía a empezar todo.

Heechul sintió que ya no podía mas, arrojo la tablilla de anotaciones contra unos tubos, haciendo que el rojo volviera a desperdigarse por el suelo. Las esquirlas de vidrio saltaron y los vasos de metal chocaron contra el suelo produciendo un sonido estruendoso.

Cuando Siwon fue arrebatado de sus brazos, trabajo toda la noche, preservando todo lo que pudiera ser útil para regresarlo. Los frascos con ese contenido se mantenían intactos en criogenia. Cuando había salido del laboratorio, tres días después, todo estaba de blanco inmaculado como si nada hubiera pasado, por eso odiaba tanto ese color. Los microbots se encargaban de limpiar la casa diariamente, pero ahora quería que todo ese rojo siguiera allí.

Las lagrimas corrían gruesas mientras las maquinas comenzaban a pitar. Quizá si se había vuelto loco. Lloro todo lo que pudo. Hacía mucho que no lo hacía y se sentía tan bien. Tenía la espalda contra la pared y los brazos rodeando sus rodillas y lloro por horas, desahogando toda su frustración, su dolor y sus penas.

Cuando por fin estuvo calmado, se dirigió de nuevo a su habitación. Había perdido un día, un día en que pudo haber hecho algún avance. Devolverle algún recuerdo, alguna sensación, algo que lo hiciera sentir cercano, que estaba volviendo poco a poco.
La luna abarcaba casi toda la ventana, estaba mucho más cerca de la tierra que hacía muchos años. Todo el mundo se derrumbaba y el solo lo observaba desde la casa en la playa.

Se acerco a la cama donde Siwon ya dormía, se dedico a mirarlo. A la mañana siguiente sabia que despertaría con él, pero con otro.

Y pensar que había iniciado desde el prototipo numero 00001.


~that's all

4 comentarios:

  1. Nope..no es típico los angs...pero el tuyo..waoo.
    Unnie!! Amolove de nyami..
    Happy Birthday to you!!!!

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  2. Hee es kien se levanta de la cama..y en tu descripción dice angst..muerte de un personaje. Si todos los días son iguales para el Chulo..es q fue Siwon quien se fue? Él murió?

    Hey! Apura ps! Y yo q ya lo había enterrado. Haha Vive, vive. Pero ..q es eso q me cuentas? Hee un manipulador de ADN? Uno de ellos? La humanidad devastada..el planeta muriendo y los pocos q se han ido en Arcas es lo q ha quedado? Esto es ciencia ficción! Oh por… y ve a lo lejos (en la playa) a Siwon..y es el mismo q está en su cama..pero pareciera estar cansado de eso, de él, de que no sea él. nyami! Q historia. Me apenó saber q sí murió y q Hee no pudo salvarlo. Y q desde ese día sólo ha querido regresar al Siwon del q se enamoró. Ya van más de 2 años y no puede crear en los prototipos uno q tenga sentimientos. Se acaba su tiempo…pronto será hora de partir, pero él no puede dejar a su Siwon. No puede. Buaaa!! Eso es triste. Sí, es triste. El amor de su vida murió y no hay manera de regresarlo (hasta ahora) igual a cómo era antes. Pero..cómo pudo morir de esa forma..eso no es justo. Y Hee sufriendo por él. pero..y así seguirá hasta q decida q ya es hora de dejar todo. Realmente q me ha dejado..wow.. me ha gustado. Y bastante.Cuidate!!!

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  4. Amolove, tu sabes que tengo una vena angst que de vez en cuando logra salir *w* Si yo comencé a escribir con ese genero y no sabes como me encanto tu regalo. Lo sufrí, lo viví y lo sentí... muchas emociones juntas. Pero por sobre todo, pude sentir la tristeza y vacío de Heechul al darse cuenta que por mucho que lo intentara nunca seria del mismo Siwon del que se enamoro. Ese que vivía por si mismo, que lo amaba y sentía con el corazón. No como esos seres que el crea, que son programados para hacer lo que el les diga, por eso el vacío. Y luego tener que cambiarlos cada día, debe ser cansado para Hee... incluso llegue a pensar que sobre toda la frustración y el vacío que debe sentir, algún día terminaría el mismo con su propio sufrimiento, solo para poder estar con el verdadero Siwon.
    No sabes, hasta me hiciste llorar cuando Heechul perdió a Siwi ;_; si se amaban tanto, ¿PORQUEEEEE? pero asi sucedieron las cosas. Y aunque Hee quiera mantenerlo vivo, nunca será igual a sus recuerdos, nunca los volverá a vivir. Porque la verdadera esencia de Siwon, su alma si murió. Aunque reviva su cuerpo miles de veces, su alma nunca volverá y eso, es lo que a Hee siempre le va a faltar.

    Amoloveeeeeeeeee.... te juro que ya había comentado tu regalo -w- recuerdo que lo lei desde mi celular ese dia que lo compartiste y que muy emocionada escribí. Mugroso celular, al parecer no me publico mi comentario. Aunque siento que este comentario me salió mas bonito *w* No pude evitar volverlo a leer y pasar a ver que hay de nuevo en tu blog ^^
    De nuevo gracias!!!! en serio que te amo por todas las consideraciones que tienes conmigo, creo que no lo merezco.
    Bsos

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