lunes, 27 de mayo de 2013

[MirIn] Revenger

Título: Revenger
Couple: Miryo x Gain [MirIn(?)]
Grupo: Brown Eyed Girls
Tipo: Drabble
Palabras: 954
Género: Drama
Clasificación:  +15
Advertencias: Si no te gusta el yuri, aunque sea ligero, vete de aquí ^^
Comentario: Es lo primer yuri que escribo. Busque como loca una couple que se adaptara a la historia, y las unicas que encajaron con el concepto fueron Gain y Miryo. La parte cursiva son fragmentos de la canción de Miryo, "Revenger" del CD "aka JOHONEY" (Clik aqui para oir)
Dedicatoria: A nadie. Quizá algún Everlasting loco que encuentre esto y le guste ^^



✄ - - Revenger - - - -

Que tragedia, fui tan estúpida
Creí que era amor, tan solo una manera extraña de probarlo.

No podía hacer nada para detener aquella retorcida y dispar relación. Había mil veces en que le quería gritar y salir corriendo de ese lugar. Pero no podía.

Había algo que la ataba a ella.

Una conexión más allá de todo cuanto existía y conocían.
Se habían conocido en una de aquellas fiestas salvajes y desenfrenadas a las que ambas solían asistir.

Miryo era un poco más alta que ella, con el cabello corto y su chaqueta de piel, con su piel blanca y sus ojos chispeantes. Ella solo era una “señorita de sociedad”, pequeña, con joyas de colores y vestidos cortos. Pero solo lo era entre comillas porque no sentía que ese fuera su lugar.

La noche acababa de empezar y ambas se encontraron por casualidad. Bebieron toda la noche… bailando y riendo de todo cuanto pasaba a su alrededor.

Cuando Gain anuncio a sus padres que se iba con Miryo, ellos pusieron el grito en el cielo. No la habían criado para eso.

Miryo vivía en un pequeño departamento a las afueras de la ciudad. Un doceavo piso, un poco descuidado, solitario y cualquier adjetivo mas para un departamento en las primeras fases del abandono.

Los primeros días de aquella unión fueron perfectos.

Miryo le quería con locura, y cada pelea sin sentido terminaba en una perfecta reconciliación.
Gain podía pasar horas enteras, viendo a Miryo. Se sentaba en el sillón menos vencido de la casa, apoyaba  su cabeza en el descansabrazos y le veía componer alguna de aquellas canciones de amor, que después le dedicaba con ternura.

Miryo podía pasar horas viendo a Gain en la cocina. Gain se movía con gracia entre los instrumentos filosos y el fuego. Las porciones crudas o incomibles pasaban a alimentos con la magia de sus dedos.

Miryo y Gain podían pasar horas viajando. En casa o en la carretera. Gracias a un cigarrillo o a la motocicleta de la mayor. Bajo los influjos del cigarrillo se reían como bobas y se miraban a los ojos por lo que parecían eternidades, viendo luces y destellos brillando alrededor de la otra.

Poco a poco, las cosas comenzaron a cambiar para ambas. Gain pedía sin ser consiente las cosas a las que estaba acostumbrada debido a su rica posición social anterior, y las que Miryo no le podía dar.

Gain y Miryo comenzaron a pelear más frecuentemente. Y ya no había espacio para la reconciliación. A cada fiesta a la que iban, Gain siempre salía de allí herida… ver a Miryo conversar con otras personas le causaba malestar de verdad.

Miryo sentía que Gain ya no la quería… pero se aferraba a estar con ella porque era lo único estable que había tenido alguna vez en la vida.

Las cosas no mejoraron con el tiempo. Gain se volvió celosa y huraña. Miryo se volvió más callada y silenciosa con respecto a que cosas le decía a Gain.

Aun así, no podían estar la una sin la otra.

Gain recibió la primera cachetada el día que en un arranque de celos, boto el celular por la ventana. Y minutos después Miryo recibió un puñetazo por atreverse a tocarla.

La necesidad de estar juntas las orillaba a seguir pese a ese clima que cada vez se fue acrecentando.

Gain ya no quería que Miryo saliera de casa, y Miryo no quería estar allí todo el tiempo.

Una taza salió volando por la ventana de aquel alto piso cuando, unos días después, Gain se la arrojo a Miryo con toda la intención de que el contenido caliente le cayera y la porcelana chocara contra ella. Miryo corrió contra ella levantándola del suelo y dejándola caer de espaldas, con ella encima. No podían vivir solas, no podían vivir juntas.

Miryo guardaba un arma en el fondo de su armario. Gain la descubrió mientras buscaba cualquier cosa que le dijera que Miryo tenía alguien más.

Gain supo que si existía otra persona cuando llamaron a Miryo y ella corrió lejos de ella para hablar en privado. Miryo corrió porque no quería arruinar la sorpresa.

La noche del final, Miryo llego muy tarde a su casa. El maquillaje espeso de los ojos de Gain corría por sus mejillas húmedas, mientras las gotas ahora de color negro y azul caían contra el revólver en sus manos.

Miryo entro sin entender la oscuridad de la casa vieja. Gain vio el reflejo de la luz y se preparo. “Si no es conmigo, no es con nadie” la frágil mente de Gain le grito.

No hubo forma en que aquello pudiera detenerse. Era su destino. Si no se hubiesen malentendido… si no se hubiesen gritado… si no se hubiesen pegado… si no hubiesen volado juntas… si no se hubiesen conocido…

Gain oyó los disparos como si fueran muy lejanos, ni  siquiera el tirón contra sus manos y su cuerpo le dijeron que era la culpable. Miryo casi pudo ver la trayectoria de las balas.

“Termine de grabar…” fueron las palabras de Miryo hacia Gain cuando corrió para evitar que la sangre siguiera saliendo de aquellos orificios antinaturales en el cuerpo de Miryo.

La pequeña alfombra de color beige se tiño junto con el vestido verde y la chaqueta de motociclista.

Gain se arrastro, pintando un camino rojo hasta el arma. Sus dedos temblaron, pero no perdió la convicción “Si no estás a mi lado, no tengo nada más”.


Espera mi amor, me apuntare la cabeza
Me apuntare la cabeza, justo enfrente de ti.


Sonó un disparo más, pero nadie se asomo a ver qué sucedió.


Nunca volveré a amar otra vez… No puedo soportar mas mi amor.

...that's all

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