Título:
Auf wiedersehen
Tipo: Yaoi
Couple:
TOP x GDragon
Género:
AU, Drama, Romance, Angs, POV
Clasificación:
{PG} Apto para todo publico
Advertencias:
Muerte de un personaje
Aclaración:
EL nombre real de TOP es Choi Seunghyun (Seung) y el nombre de GDragon es Kwon Jiyoung
(Ji). No conozco demasiado a ambos, así que hice lo mejor que pude ^^
*Esto lo escribi para un concurso, y aunque no gane, me gusto mucho la historia. Es mucho drama. Ademas, nunca habia escrito nada de TOP & GD
*Esto lo escribi para un concurso, y aunque no gane, me gusto mucho la historia. Es mucho drama. Ademas, nunca habia escrito nada de TOP & GD
Auf wiedersehen
(adios)
TOP
POV
Hace
mucho que no me encuentro con él. Sé que vendrá. Pero no puedo evitarlo. Lo
extraño.
Daesung
POV
Cada
amanecer es lo mismo. Cada día es lo mismo. Y así pasan las semanas y los
meses. Ya ha pasado un año y aun siente que esto no pasó. No sé cómo va a
enfrentar la realidad cuando de verdad caiga con todo su peso sobre él.
*
Seunghyun
y Jiyoung se habían conocido hacia más de un año. Los había presentado un amigo
en común. Daesung. Vivía con Seunghyun en un modesto departamento mientras ambos
terminaban la universidad y compartía la clase de Informática con Ji. La noche
que los presento se había organizado una fiesta en la playa para celebrar el
fin del año escolar, Daesung era partidario de que Seung se encontrara con un
buen partido que lo hiciera feliz, pues había pasado por infinidad de chicas
que lo único que hacían era destrozarle el corazón. Ji era un rompecorazones
empedernido, pero él no tenía la culpa, las chicas se acercaban a él, aun sin
saber su verdadera inclinación, por lo que las dejaba sin respuesta cuando
alguna se le declaraba.
La
fiesta empezó cerca del ocaso, hacia un poco de frio a pesar de estar en la
playa, pero no tanto como para necesitar usar más cosas que una camiseta y
pantalón corto.
Jiyoung
tenía el cabello rubio corto y se veía realmente atractivo. Era una de esas
veces en las que se había arreglado bien con la idea de salir con alguien.
Aunque eso nunca había pasado, el no perdía la esperanza.
Seunghyun
sabia de más que en una fiesta en la playa no conocería al amor de su vida,
pero siempre existían los free.
El
primer momento en que se vieron fue especial, esa clase de magia que se siente
ante la visión del ser más perfecto que hay para ti. La voz de Daesung desapareció
en la inmensidad de la playa. La música proveniente de los altoparlantes se
desvaneció dejando solo el sonido del mar en calma aquella noche de invierno.
La
demás noche paso de manera demasiado borrosa. Ji recordaba haberse acercado a
Seung y este debido al frio le había pasado un brazo por la espalda. Platicaron
con cientos de personas alrededor de una gran fogata que habían prendido para
dar luz, y casi al alba, se separaron sin darse cuenta para ir a ver el sol
nacer a un risco.
-Dicen
que la primera vez que vez el sol con alguien, ese alguien será especial en tu
vida.
-Me
alegra que así sea…
Tomaron
las cosas con calma. Se conocieron y se enamoraron con calma. Sabían que las
cosas no podían ser de otra manera. Seung nunca había salido con un chico. Sus
padres no se enteraron hasta pasado un mes desde el inicio de aquella relación
y aunque armaron un escándalo al principio, no tuvieron más remedio que aceptar
las decisiones de su hijo.
Ji
se cambio de departamento pasados cerca de seis meses de conocerlo. Seung se
fue a vivir con él al poco tiempo.
Las
chicas suspiraban aun por ambos chicos, pero nada podían hacer por cambiar la
elección de aquellos dos guapos hombres.
Todo cambio una noche.
Ji
había decidido que saldrían a tomar unas copas a un bar cercano. Seung acepto
de buena manera. Hacía ya más de una semana en que no salían por el exceso de
tareas en la escuela.
La
música era buena. El jazz inundaba cada rincón de aquel solitario bar. En el
pequeño local había alrededor de cinco personas. Nadie dijo nada cuando los
vieron entrar de la mano. A nadie allí le importaba.
Tomaron
y comieron bocadillos que a Ji se le antojaban, bebieron y jugaron hasta muy
entrada la noche. Cerca de las dos de la mañana, Seung le dijo a su novio que
era hora de irse, tenían que dormir. Como el departamento que habían rentado
estaba a menos de diez cuadras, decidieron que era una buena oportunidad para
pasear.
Las
calles estaban vacías, cuando pasaban enfrente de uno de esos clubes a donde se
iba a bailar, Ji se comenzaba a mover al ritmo, hasta que la música ya no se oía
y el silencio de la noche reinaba otra vez.
Seung
solo podía mirar embobado la perfección de la luz de la luna en el rostro de su
amado. Ji dio la vuelta sin fijarse y cayó en medio de la carretera. Le sonrió
dulcemente a Seung, como pidiéndole disculpas y entonces un haz de luz lo
ilumino.
Lo
siguiente de lo que fue consiente Seung fue de tener un ejército entre
rescatistas y policías, rodeándolo a él y a Ji. Solo atino a ver las luces
rojas y azules dando vueltas mientras subían a su novio a la ambulancia y lo
intentaban mantener con vida.
-No me dejes, Ji…
La
sala de espera del hospital lo estaba volviendo loco. Las paredes inmaculadamente
blancas y el olor a desinfectante no hacían nada por clamar sus nervios. Los
padres de ambos chicos estaban allí, tanto para dar ánimos como para esperar lo
mejor de aquella difícil situación.
Cuando
salió el doctor, por alguna razón no pudo respirar. El mundo se volvió negro y
supo que había ocurrido lo peor. Cuando toco el suelo ya no tenía conciencia de
nada.
:un
año después:
-Vamos,
Seung… no puedes quedarte otra vez en casa.
Después
de aquel accidente Seung no había podido hablar una semana. Intento llevar una
terapia, pero nada funcionaba. Recordaba su rubio cabello y se ponía celoso.
Celoso de la muerte que ahora lo tenía en sus brazos. Poco a poco empezó a
crearse su mentira.
Algún
día aparecería en su puerta y se arrepentiría de haberse ido de su lado. Regresarían
y serian felices por el resto de sus tiempos.
Daesung
había aceptado que regresara a su casa, a su vida antes de él. Ji era una cosa
que nunca podría olvidar, pero pensaba que podría superarlo.
Ahora
era un chico muy distinto. No hablaba con la gente y era poco amable. Cada vez
era más difícil que saliera de casa.
-Estoy
bien Dae… ve tu.
Y
de nuevo se quedo allí. Esperando que su rubio llegara a por él.
:e
n d:
No hay comentarios:
Publicar un comentario