jueves, 4 de julio de 2013

Ghost 08

Capítulo 8
~ Luna ~


Cuál es el conjuro que los sacara de allí…  
Quien es quien puede hacerlo…
Cuánto dolor se necesitara…
Cuanta tristeza traerá…
¿Cuántos finales trágicos existen por cada final feliz?


~Siwon~
Las horas pasaron, y cuando por fin me fui a dormir, en la habitación solo quedaba Mimi y Bum, Kyu hacia poco que se había ido, así que Mimi se iría pronto.

Me recosté sin siquiera sacarme la polera que tenia. Sentía la cabeza un poco dolorida, y también el cuerpo cortado. Me quede dormido casi al instante.

-gracias por aceptar ayudarnos – en estos dos días, no había tenido tiempo de pensar en él, y si lo hubiera hecho, me habría parecido más un sueño que una realidad. No tenía el claro que íbamos a hacer para sacarlos de allí.

-sabes cómo abrir el despacho… - no supe cómo que otra cosa preguntar. Quizá  la desesperación por sacarlo podía más que cualquier otra cosa.

-lo sé…

-me vas a decir…

-abajo, en el sótano… en una caja que es mía, esta una llave maestra, aunque no sé si abra el despacho. Esa puerta siempre estaba abierta para mí.

Entonces desperté. Sentí que algo frio se deslizaba por encima de mí. Y casi corrí hasta el sótano. Tenía que saber si era cierto o no.

Al sótano nunca había entrado. Era una habitación, que mediría lo mismo de la casa. Repleta de objetos por todos lados. Desde armarios antiguos, hasta cosas más modernas, resultado de todos los dueños que la casa había intentado tener.

Pase la noche entera buscando la caja.

Cuando los primeros rayos de sol se asomaron por una pequeñísima ventana en uno de los lados de la gran habitación, encontré la caja. Era de madera. Con muchos adornos y las letras KHC incrustadas en la tapa. Los decorados eran hermosos. Tenía joyas y perlas. Además de detalles dorados, que supuse seria oro.

La abrí como si fuera el más grande tesoro de todos. Y allí en el centro. Atado con un listón de color rojo, había una llave de cobre. Muy gruesa y pesada.

La quede mirando por un largo rato. Si esta llave nos ayudaba a resolver estos problemas. Lo único que podría hacer después seria despedirme de Heechul. ¿Pero cómo?

Habían pasado apenas unos días, y ya sentía que lo necesitaba. Estos últimos dos días en que no supe nada de él, el tiempo se fue completamente despacio. No veía la hora de acostarme a dormir y soñarlo. Y no quería ni imaginarme si ese chico estuviera vivo.

Sus finas manos, su delgada y estilizada figura, su cabello, su aroma. Ese aroma que me indicaba que estaba cerca. Ese aroma que me invadía en este momento.

-Voy, voy… llevare la llave a ver que encontramos.


~
Subí a la sala, sonde todos ya estaban despiertos. Kibum tenía cara de adolorido, y Zouh de pena. Henry tenía la expresión de casi siempre si no fuera por su sonrisita tímida. Todos estaban desayunando.

-lo tengo… hay que abrir esa puerta.

Todos voltearon a verme. Había pasado la noche en vela, buscando la dichosa cajita. Y además ahora traía la llave en la mano.

Todos corrieron hacia donde estaba. Ya que no había tenido ni ganas, ni tiempo, y al esfuerzo mental que requería explicar las cosas a mis compañeros requería, no les había dicho nada aun de lo que había pasado hacia ya dos noches.

Me tendí en el relato, mientras Hangeng preparaba un poco de arroz y te para los nervios.

-…y por eso hay que averiguar que hay tras esa puerta…

No me extendí a decirles porque Byul lo sabía, o porque nos sorprendía tanto cuando llegaba.

-vamos a abrir pues – Eun aun estaba muy animado en ese aspecto, y Yesung le seguía en lo que dijera. Estaba asintiendo con la cabeza.

Después de comer un poco, y ya más calmo, nos dirigimos al tercer piso. Como éramos tantos, hacíamos mucho ruido, pero al llegar enfrente de la habitación quedamos tan en silencio, que podríamos haber escuchado cualquier mínimo roce de insecto.

Introduje la llave y la gire. La puerta chirrió un poco.

Sentí de nuevo el halito frio que desde hacía varios días venia sintiendo, pero que ya no me asustaba, sino que me dejaba tranquilo.

Lo que había tras la puerta, era completamente a lo que me imagine. Había pensado que sería una habitación en completo desorden. Con libros y papeles por todos lados. Con un gran escritorio que no se vería por la cantidad de documentos. Una habitación cubierta de polvo y telarañas.

Todos nos quedamos de piedra al contemplar lo que había en realidad.

El cuarto parecía recién aseado. No había ni una mota de polvo. Ni rastro de telarañas o insectos. Los libros estaban colocados en estantes que llegaban al techo, y los rollos de pergamino y las hojas estaban en cestos enrollados o acomodados en canastas. El escritorio dominaba el salón, era de madera, grande y pesado.

Henry fue el primero en romper el silencio.

-vamos a quedarnos aquí viendo como bobos este cuarto surrealista, o vamos a buscar algo que nos ayude… - y jalo de la mano a su novio.

Todos comenzaron a buscar por diferentes lados. Entre los pergaminos y entre las hojas. Tras los libros y bajo los muebles.

-Creo que esto puede ser útil. – Kibum saco de entre los cajones un libro, negro muy chico y desgastado. Escrito totalmente a mano, parecía tener mucho tiempo.

De unos pocos días a la fecha había venido sintiendo esta presencia cerca, a veces estaba seguro que era Heechul, pero otras, no lo creía.

Y esta vez no parecía el. Parecía que todo podría estar mal. Tome el cuaderno en mis manos y comencé a hojearlo. Al principio parecía un diario de viaje, pero después de unas pocas hojas, el tipo de letra cambiaba, como si fuera otra persona. Comencé a leer…

“…hoy voy a  volver a ver a Heechul, lo extrañe tanto mientras estuve en Paris.

“… este chico sigue trayendo amigos a la casa. No me molesta, pero quizá debería avisarme más seguido antes que al entrar a mi casa encuentre chicos desconocidos vagabundeando por ahí…

“debería dejar salir a Heechul un poco menos, presiento que podría dejarme…

“Heechul insiste en salir a pasear… debo alejarlo de sus amigos, ellos son mala influencia…

“… Heechul quiere ir al campo… no le voy a dejar…

“…alguien me ha estado diciendo que Heechul está viendo a otro… lo encerrare para que no vaya…

“…Heechul es muy tierno, hoy preparo el desayuno y lo llevo a mi oficina…

“… Me preocupan sus amigos, y si lo dejan…

“… no recuerdo lo que paso anoche… aun así tengo un extraño sabor en la boca

“…voy a hacer que se quede conmigo para siempre… le voy a proponer algo a lo que no se podrá negar…

“…nos vamos a casar en un mes en Paris…

“…Nunca pensé que me haría esto… pero va a estar conmigo aunque no lo quiera…

“ya solucionamos todo, y fue un malentendido…

“Heechul no aparece por ningún lado, ya lo he intentado llamar varias veces… creí que estaba en el jardín… tengo un mal presentimiento.

“tengo la ropa manchada y estoy a la mitad de los rosales.

“termine de resguardarlos… nunca nadie sabrá donde están…

“… hace varios días que no veo a Heechul, tal vez este con sus amigos alistando las cosas para irnos a Paris.

“… se suponía que nos iríamos ayer, pero no apareció en el muelle…

“… al fin gane.

El diario era muy confuso, y aun nadie salía de su asombro. Al final del libro, venia una nota mas

“Solo yo te puedo sacar de aquí… y llevarte a un mejor lugar, porque eres mi vida…

No parecía ninguna de las dos letras anteriores… estábamos tan absortos en el pequeño cuaderno que nos sorprendió el sonido del timbre de la entrada principal.


~Kibum~
Mi cabeza estaba hecha un gran nudo. Estaba demasiado ebrio y solo hice lo que mis instintos me ordenaron. Estaba cansado de todo esto. Desde que ese chico llego a la agencia, no pude dejar de pensarlo, pero no lo había hecho desde que vi al pelinegro…

Donghae… Donghae… Donghae… su nombre se colaba en mi mente durante todo el tiempo que estuvimos limpiando. Preguntándome que habría sido de él par pedir tan desesperadamente así por ayuda.

Zhoumi estaba a mi lado, contoneando de forma sensual su cuerpo. No podía, simplemente no podía, y había una razón para ello. Y esa razón tenía nombre. Cho Kyuhyun.

Esa era la razón por la que mi mente jugaba continuamente contra mi cuerpo.

No sabía cómo responder a eso. En mi mente, en mis pensamientos se seguían mezclando ambos nombres. Era realmente perturbador.

Salí por un momento a despejarme, tenía que aclarar mi mente si quería seguir junto a Zouh. Sin querer me tope con Hangeng, que estaba limpiando la biblioteca de la planta baja, y que estaba platicando con Kangin.

-¿crees que deba? – la voz de Han era preocupada

-yo se lo voy a pedir a Yoona, no sé que vaya a decir, y en este punto ni siquiera estoy seguro de lo que quiero.

-pero, no puedo dejar a Henry… además ¿quien dijo que quiero casarme con Yichen? Solo mis padres y los suyo quieren esto. Y los managers.

-¿entonces es por conveniencia?

-solo eso. Ella es modelo en Taiwan, yo soy modelo de China y Corea, mi reputación en las pasarelas le beneficiaria, y a mí me haría ver bien después de que se publicaran esas fotos en las que estoy saliendo de ese bar con Henry. Claro que  nadie tomo a Henry como mi novio esa vez, pero no quisimos que él se colgara de mi reputación, porque él está empezando. Además, no sabemos la cantidad de contratos que perderíamos por esto.

-pues no se en que te puedo aconsejar. Últimamente, me he sentido extraño, como si me faltara algo, y por eso decidí proponerle matrimonio, pero no creo que funcione… hay algo mas… y ni siquiera sé que es… - la risa de Kang siempre había sido estruendosa, pero lo que me preocupaba era como tomaría eso Henry.

Seguí caminando, eso lo tenían que solucionar ellos dos.

La noche llego como habían pasado los dos días anteriores. Muy lento.

Tomamos y jugamos un rato. Todos quedaron totalmente cansados y ebrios. El tequila que le regalaron a Siwon resulto muy efectivo.

Estaba cansado… con sueño… tenía el alma triste y estaba melancólico. Me recosté un rato en el sillón. Vi como el chinito se despedía de todos y jalaba a su novio. Y gota a gota, cada uno se iba a su cuarto. Eun se despidió de mi… ese chico estaba más que ebrio, y Yesung lo acompaño.

Al final solo estábamos el anfitrión de la casa, y la pareja que me tenía en mal. Me deslice al suelo, donde se había sentado Zouh… Siwon y Kyuhyun se fueron. Espere que Mimi se fuera tras su pareja, pero no parecía tener ganas de ir. Se recostó contra el asiento del sillón.

Podía ver su pecho subir y bajar. Podía ver como su cuello se movía, y su respiración se acompasaba a punto de dormir.

Fue un impulso lo que me movió… se veía tan… indefenso, como pocas veces lo había visto. Sin hacer casi nada de ruido le observe, y luego me sente en su regazo. Levanto la vista muy rápido, y me vio como si estuviera asustado.

-¿¿pero qué…?? – y antes de que terminara la frase le mordí el labio. Lo que esperaba era que me aventara contra el suelo, o que se separara de forma brusca.

Pero correspondió. Sentí sus manos ir lentamente por debajo de mi polo. Estaban frías y suaves. Me levante de a poco, con el aun pegado a mi boca.

Casi lo arrastre a mi cuarto. Cuando entramos me azoto contra la puerta, cerrándola de un portazo, y aprovechando, puse seguro. Aunque estaba un poco tomado, sabía que lo que estaba haciendo no estaba bien, menos por Kyu.

Pero ya no había vuelta de hoja.

Le desabroche la camisa azul que tenia,  y arrojo mi polo. Pude sentir toda la extensión de su piel cuando me acostó en la cama. ~

Había algo en el sabor de su boca que se volvió adictivo. No había forma en que parara de besarlo.

Sabía como deslizar sus manos, y no quise preguntarme como había aprendido.

La habitación en la que yo dormía quedo hecha un verdadero desastre. Su ropa y ll amia por todo el suelo.

Desperté porque sentí que se iba de la cama. Parecía triste. Contrario a su expresión cuando vi que se había quedado dormido por la noche. Decidí que aunque él lo olvidara, yo no lo haría. Había sido de las pocas cosas que quería y conseguía.

-si te preguntan que paso, porque no dormiste con Kyu, fue que estábamos muy borrachos, y cuando me viniste a dejar a mi cuarto, te quedaste dormido. Creo que es mejor que nadie sepa –  me arrope un poco con las sabanas, pues aun estaba sin nada.

-no le pensaba decir a nadie. – en realidad parecía que le doliera lo que hubo pasado.

-no quería que esto pasara así, lo siento. Fue mi culpa. Lamento que por mi terminaras engañando a Kyu. Vete ya, antes que alguien se dé cuenta. – me disculpe, aunque no tenía ganas.

-no fue tu culpa, en dado caso fue de los dos, por dejar que ocurriera así. Lo siento Bum. – mientras hablaba recogía sus cosas.

Casi cuando comenzaba a amanecer, recibí un mensaje…

Para: Kibummie
De: Zouh

Nada paso, nunca toques el tema. Seguiremos como hasta ahora. Lo siento.
Mimi

La verdad esperaba esto, aun así no puede evitar que me doliera el hecho de haber sido solo una noche.

Camine hasta la cocina, donde todos estaban desayunando. A decir verdad, me costaba un poco caminar… no es que nunca hubiera hecho nada, pero era la primera vez que estaba abajo…

Cuando se acerco Yesung a preguntarme qué había pasado, Siwon entro. Se veía mal, demacrado, y parecía que no había dormido.

Conto todo lo que había pasado la noche con Byul y saco una llave. Nos dijo que debíamos ir a buscar algo que nos ayudara. Todos salimos de la cocina. Cuando llegamos al pasillo, vi como Kyu tomaba la mano de Zouh, y él no se oponía.

Siwon introdujo la llave, giro la perilla y entramos.


~Heechul~
Por fin después de dos días de intentarlo, había podido comunicarme con él. Algo no estaba bien, después de todo entablar comunicación con los vivos era mi talento. Y el que no lo pudiera hacer durante dos días me preocupaba, pero no tanto como otras cosas. Desde esa noche, se me había vuelto una necesidad estar con ese chico. Creaba un aura cálida a su alrededor, lo que me traía atrás de él todo el tiempo, mas el no me sentía, o parecía que no.

Esta vez, me había hecho caso, dormido le había podido hablar. Casi podía sentir su respiración sobre la piel. Pero sé que eso es imposible.

Casi como si supiera que hacer, me pregunto por la llave del despacho. No había pensado mucho en eso, pero sabía exactamente donde estaba.

Unos años antes, había habido un dueño de la casa que había querido llevare la, porque era realmente caro. Lleno de joyas, y tenía un doble fondo lleno de mas oro. Había hecho que la caja fuera tan pesada que nunca la pudo mover de donde estaba.

Deje la llave allí cuando aun tenía vida. No sé porque, quizá presentía esto.

Fui junto a él todo el camino al sótano.

Cuando al fin se reunieron sus amigos, todos se dirigieron al despacho. Junto a mi venían mis amigos. En silencio como pocas veces los había visto. Ni quiera querían rozar a los chicos vivos. Pero cada uno tenía la sensación de que este momento sería muy importante.

Leyó todo lo que había en ese diario que ni yo había encontrado. Era algo realmente siniestro saber que había estado conviviendo con una persona a la que creía todo lo que decía, y darme cuenta que no estaba bien, que tenía un problema. Que sentía que lo iba a dejar.

Me sentía confundido, mal. Casi podría haberme desmayado. Leyeron al final la forma como sacarnos de aquí. Lo necesitábamos. A él, que me había encerrado aquí, ahora teníamos que encontrarlo.

El timbre comenzó a sonar. Todos se asustaron, pero no dejaba de sonar. Habíamos por fin habíamos abierto las posibilidades de escapar de aquí. Ellos estaban dispuestos a ayudarnos.

El timbre me estaba comenzando a enojar. Casi a la vez que me fui a ver quién era, Siwon salió corriendo en la misma dirección. Baje por uno de los pasadizos, y me asome por un balcón.

Allí. Parado a la mitad del pórtico. Con la elegancia de siempre, pero con ropas que nunca le había visto, estaba el conde.

Siwon abrió la puerta

-Jay Kim… ¿Qué haces aquí?




. . . c o n t i n u a r á

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