Capítulo 2
Fantasmas
-Bien chicos, es hora. Si logramos convencerlos de que hagan lo que queremos, podremos ser libres –
-¿no crees que puede ser un poco tarde, Hee? – desde la
esquina donde estaba un sofá empolvado, sentado con las piernas recogidas y un
peluche de conejo a punto de morir asfixiado en sus brazos, un chico hablo.
-Mini-Min, si fuera tarde ya no estaríamos aquí. Necesitamos
deshacernos de Él – el chico que hablaba tenía el cabello largo, ojeras
marcadas, y aun así una belleza deslumbrante. – Angelito, ¿en qué piensas?
-hay Hee, es que lo extraño mucho, mucho más de lo que se
pueden imaginar, ya han pasado varias décadas…
-y yo como siempre!! – Heechul intento hacer un chiste
-déjate de chistes Hee, mejor vamos preparando lo que hay
que hacer – un chico algo larguirucho, con cara de espanto le hablaba
-vamos pues. Hae, te encargas del sonido, Teuk, del
ambiente, Mini-min, de las luces, Wooki, de que nos vean, y yo me encargo de lo
demás.
Parecía que iban a organizar una fiesta, y eso era para
ellos… una fiesta.
Heechul soltó una carcajada sombría, y como cada uno de los
antes reunidos desapareció a través de la pared.
*KangIn*
Sentía que algo no estaba bien, no se como me fui a perder
en esta casona.
Di vuelta en otra esquina, intentando encontrar la salida de
aquel laberinto.
¡Genial! Otra habitación en un corredor vacio. Ne empezaba a
molestar. Y además ya tenía hambre. Oí un ruido atrás de mi y me giré. En el
suelo había una gran cantidad de pequeños trozos de cristal. Tome uno con mi
mano y se deshizo, como si fuera de azúcar, y con el todos los demás.
-genial! Ya estoy alucinando
-¿quién alucina? – brinque ligeramente al oír la voz a mi espalda
otra vez
-¡Henry! ¿Cómo diste conmigo?
-no lo sé, pero es hora de que volvamos. Los demás se están preocupando
por ti. Y lávate bien las manos. No sabemos que sea eso que se deshizo en tus
manos. – Henry era muy raro, hablaba despacio y pausado, y ahora sabía que no
lo había alucinado. El vidrio estuvo allí.
Caminamos durante lo
que no pareció demasiado como para haberme perdido, y llegamos al comedor de la
casa. Era un lugar amplio, con candelabros colgando del techo. Y allí estaban todos.
-creo que debemos buscar algo que comer. Mande llenar las
despensas de la casa para nosotros. – Siwon dijo de forma amable.
-yo cocino – se ofreció Kibum –
Me pareció que ayudarle era una buena idea, así que le seguí
a la cocina
-no te parece extraña la casa, Kibum?
-la verdad es que si, no me siento del todo a gusto. Eun
dice que siente que lo vigilan. – Bum picaba unas zanahorias en la tabla.
-yo siento que me ven también, pero no lo sé, aun no
descubro que hay de malo en esta casa.
-Pásame las cebollas, por favor. Creo que debimos hacerle
caso a la chica, deberíamos irnos.
Quise decirle que yo también lo pensaba, pero en ese momento
sentí algo extraño.
-Kibum, es mi imaginación o hay mucha niebla en este lugar,
no veo nada
-yo tampoco veo nada – un olor empezaba a invadir la
habitación
-¿hueles eso?
Kibum empezó a olisquear en el aire. Unos sartenes al caer
nos hicieron saltar del susto.
-¿Quién anda allí?
-¡Mi pollo! ¡Está en el horno! – Kibum esquivo la niebla
para llegar al horno, cuando lo abrió, la habitación quedo totalmente cubierta
de humo y olor a quemado
-Kibum… quemaste la cena
¬_¬
-no fue mi culpa,
es tuya por andarme distrayendo… >3<
No pude evitar
soltar una carcajada, realmente nos habíamos asustado por un pollo quemado…
En ese momento,
al oler quemado, todos aparecieron en la puerta de la cocina.
-¿porque hacen
tanto escándalo? – Yesung venia cargando a Dankoma, junto a él, Eun intentaba
despejar un poco el humo que aun invadía la habitación, mientras Siwon abría
las ventanas y prendía el sistema de ventilación.
-Siwon, hay algo
que podamos hacer… como salir a comer… porque esto no tiene arreglo – se burló
Eun
-vamos, a veinte
minutos de aquí hay un restaurante muy bonito, y casi nadie lo conoce, así que
con una gorra y lentes pasamos desapercibidos
-o pueden cenar
en mi casa – Sun Byul apareció de repente atrás de nosotros causándonos un
susto de muerte, nadie la había oído llegar, y como la vez pasada se tiró a los
brazos, esta vez, de Kibum, quien aun sostenía su pollo en las manos... La
cocina sería difícil de limpiar.
-Sun Byul no
entres a las casas de la gente sin su permiso – ¿Zouh Mi le daba lecciones en
un momento como este? Creo que debería preguntarle primero como entro…
-pero yo he estado
en esta casa desde que tengo memoria >_< – se retorcía en brazos de
Bummie, quien intentaba quitársela de encima.
La tome de los
hombros y al levante en el aire, haciendo que se quitara de encima de Bum, pero
quedando apresada por sus brazos.
-ya prepare la
cena, vamos, no me van a decir que no ¿sí? O~O
Sun Byul era una
gran manipuladora, y en menos de lo que contábamos tres, ya estábamos en la
mitad del jardín de rosas (el cual había
que atravesar para llegar) camino a la casita blanca de Byul.
*Heechul*
Todo está listo,
les daré el susto de sus vidas. Ahora tengo que ver quien será la víctima.
Saber quién caerá bajo mis fantasmagóricos encantos.
Revise la lista
de lo que había que hacer una vez más…
Luces √
Neblina √
Olores √
Mantener a Wookie
alejado… mmmm… sip… √
Eso era lo que hacía
falta. Bueno, comencemos a seguirlos, y cuando alguno este solo lo asusto…
Camine por el
pasillo y me topé con un chico musculoso, obviamente no me veía, peor yo a él sí,
y a la persona que estaba a su lado…
-¡Hae! ¿Qué
haces?
-nada, mi trabajo
– y entonces vi lo que había hecho. En el suelo fragmentos de vidrio por todos
lados. El jarrón que Él nos había arrojado a Hae y a mí hace casi un siglo.
-¿cómo lograste
hacer eso? – me refería a la alucinación de cristal. A Hae no se le daba bien
eso de crear cosas.
-me lo presto
SungMin –
-bueno, no dejes
que Wookie se acerque a l…
-¡genial! Ya estoy alucinando – el chico del piso hablo, sin
vernos
-¿quién alucina? – ¡madre! Ni yo había oído llegar al chico.
Era pequeño, aun así muy guapo, y con la mirada perdida, en un gesto
involuntario volteo a vernos. Sentí su mirada atravesarme, como si de verdad
supiera que estoy aquí.
-¡Henry! ¿Cómo diste conmigo?
-lo desubique lo suficiente para que nadie pudiera
encontrarlo en por lo menos hora y media – DongHae, en su vida había sido cartólogo,
así que sabía de orientaciones y eso, por lo que su habilidad era perder
personas. Nunca había fallado, ni lo habían encontrado tan rápido.
-ni yo lo se… - además ese niño renegaba de sus habilidades.
-Bueno, me voy, Hae. Es mi turno.
Atravesé los pasillos (en serio los atravesé, pared por
pared) y llegue hasta donde estaban todos esperando. Allí estaban sentados.
Solo faltaban dos. Los había contado en la entrada de la casa, ocho. Ahora
había seis. Faltaba el chico de sonrisa bonita y el musculoso que encontramos
ese rato. Genial.
Me acerque a la cocina. Y allí estaban. Comencé a hacer que
un vaho de color gris se filtrara por las rendijas de la puerta.
-Kibum, es mi imaginación o hay mucha niebla en este lugar,
no veo nada
-yo tampoco veo nada – hice que el olor putrefacto que invadía
los rincones más ocultos de esta casa llegara a la cocina.
-¿hueles eso?
Kibum empezó a olisquear en el aire. Entonces sucedió. Llego
Wookie. Le dije a DongHae que lo
mantuviera alejado.
-Heechul-hyung, no veo nada, harías que tu niebla sea menos
densa por favor
-¡NO! Recuerdas, debemos asustarlos lo suficiente para que
acepten cumplir nuestras órdenes, y luego deshacernos de Él
-Hyung, en serio no veo nada – Y tropezó con unas ollas.
Las ollas cayeron en cámara lenta y aunque quise detenerlos
no pude… ¡¡me atravesaron!!
-¿Quién anda allí?
-¡Mi pollo! ¡Está en el horno! – Kibum paso corriendo a través
de Wookie
-me hace cosquillitas, hyung
-Wookie, vete antes de que te vuelva a matar – estaba
enojado. No había contado con que se les fuera a olvidar su comida, y
confundirían mis planes con sus tonterías.
-Kibum…quemaste la cena – la cara del chico decía que quería
golpearlo. Ya éramos dos.
*Kibum*
Después del incidente con la cena, y el susto de muerte que
nos dio Sun Byul, llegamos a su casita blanca.
Si afuera era blanca, adentro lo era más. Desde las cortinas
hasta los cojines con uno que otro destello de azul súper pálido o gris muy
diluido.
-Siéntense, ahora
termino de hacer lo que me falta – y salió por una puertecita, supuse
que hacia la cocina.
-Hyung, ¿Qué tienes? – Kyu miraba a KangIn, quien desde el
incidente donde quemamos (está bien, está bien), donde queme la comida había
estado muy meditabundo.
-es que… siento que me falta lago… creo que le pediré
matrimonio a mi novia.
Woo… había salido con ella por casi año y medio, un poco
después de debutar. YoonA era una chica realmente bella, no por nada era la
imagen oficial de las GG, y este tipo tenia suerte de que ella le hubiese dicho
que sí.
Aun así nunca pensamos que se casarían. En la agencia eran
una de las parejas más estables. Nunca peleaban, y el como buen novio la defendía
y cuidaba. Los demás modelos habían apostado cuanto durarían. Yo aposte que dos
años. El temperamento de KangIn no le permitía pasar más tiempo con alguien, lo
conozco desde la escuela elemental. Siempre terminaba fastidiándose o
enojándose con la persona en turno. Así que fue mi apuesta más alta, y ahora se
iban a casar.
Bueno… tanto así no… faltaba que ella accediera. Pero
conociéndola diría que sí.
En ese momento salió
Sun Byul de la cocina
-Oppas, la cena
ya está. Me levante, pero al instante me sentí mareado, desorientado. Caí sobre
los sillones y no sé porque voltee a la ventana que estaba entreabierta. A
través de los cristales vi la figura más hermosa que había visto en mi vida. Un
chico alto, de cabellos castaños, vestido de negro, lo que hacía resaltar aún más
su lechosa piel, discutía con otro chico.
El único problema es que a través de ellos podía observar el
paisaje de atrás. Gire la cabeza a un lado, y allí estaba Yesung, con la boca
abierta y los ojos brillantes. Él también los veía.
*LeeTeuk*
Cuanto tiempo ha pasado, lo extraño. Cada día que pasa es
como si un cuchillo atravesara mi corazón. Él lo prometió, pero ¿dónde está
ahora?
Lo último que oí de sus labios me hace llorar cada vez que
pienso en ello, y aquí estoy otra vez, como todos los días llorando.
-Te encontrare, amor. Lo hare aunque tenga que vagar por el
mundo entero para hacerlo.
Y después de eso no recuerdo más, solo que cuando desperté, Heechul
me tenía abrazado, y me pedía perdón.
Camine por los pasillos. Me gustaba hacerlo, despejaba un
poco mi mente.
Oí las voces de Heechul y DongHae mientras hablaban, pero no
les puse atención a sus palabras. Me desvié del camino y abrí grandes los ojos
al notar que había un chico solo frente a mí.
HyukJae. No supe como sabía ese nombre, pero estaba seguro
de que era el nombre del chico. Una sonrisa maléfica apareció en mi boca.
Teníamos trabajo después de todo.
Gire mi muñeca y el chico comenzó a tener visiones. Después
de todo era el único en esta casa que lo podía hacer. Perder a la gente en su
propio inconsciente, y luego sacarlos de allí. El Ángel Alucinógeno, me decía
en broma Chul.
Despeje su mente antes de que pasara mucho tiempo, el chico
enloqueciera y no lo podríamos usar. No reacciono como yo esperaba. Sacudió su
ropa y se fue.
Será mejor que no comente a nadie esto. ¿Mis alucinaciones
fallaron? No. Debía ser el cansancio.
Estuve un rato en el estudio, cuando creí que era buen
tiempo, salí y busque a mis amigos. No había nadie o_o
Salí al jardín de rosas, y allí iban caminado los nuevos huéspedes.
De entre todos ellos resaltaba uno. Me atrajo una fuerza, me llevo hasta quedar
escondido detrás de un gran rosal.
Desde allí los vi a todos con claridad.
La pequeña Sun Byul los llevaba a su casa. El cielo como le
decía ella. Cuando voltee a verlos de nuevo, mi mirada se clavó en él.
Después de casi un siglo sin verlo. Allí estaba, en ese
grupo de chicos. Al fin me había encontrado. Pero ¿me recordaría? ¿Sabría que
me está buscando? ¿Me sacaría de aquí? quise correr hacia él, pero mis piernas
no respondían, y aunque lo hubieran hecho, ¿qué podía hacer yo? ¿Atravesarlo? ¿Asustarlo?
¿Hacer que me tema? Soy esto y no pude hacer nada. Solo un susurro escapo de mi
boca…
-YoungWoon… es él… lo se
-¿quién es qué? – Heechul estaba detrás de mí.
-YoungWoon… me encontró – aun lo miraba, como si de eso
dependiera mi media vida.
-ese chico… es verdad… Teuki, tal vez no necesitemos
convencerlos a las malas… - y sonrió con esa risa torcida que tanto podía
llegar a espantar, pero que a mí me confortaba.
***
-no oíste eso, Eun – preguntó KangIn
-oír ¿qué?
-nada, mi imaginación – pero KangIn estaba seguro que alguien
lo había llamado por su nombre. Un ángel llamándole YoungWoon.
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