viernes, 24 de mayo de 2013

Ghost 04

Capítulo 4
Intentos


**
Zouh Mi estaba realmente nervioso desde que acepto pasar dos semanas con Kyu… no es que fueran a estar solos, pero… aun así, no podía evitar las mariposas en su estómago cada que lo veía.

En parte, porque esa era la reacción que el provocaba en sus sentidos desde que lo conoció, un año atrás en un desfile en New York; el día, hace cerca de seis meses, en que le pidió que saliera con él aunque fuera una relación de larga distancia; El día en que se enteró que sería transferido a SM Corea; el día en que se reunieron tras los bastidores de su presentación ante su nueva agencia…

Y ahora pasaría dos semanas en una casa con quien sabe cuántas habitaciones, tan grande que apenas y sabrían lo que pasaba…

El día en que llegaron a la casa una niña rara les hizo la pregunta más incómoda de su vida… ellos sabían que en la prensa, la radio y la TV les llamaban ZouhKyu o KyuMi… pero la verdad es que nunca lo habían hablado, mucho menos experimentado… no sabía si debía estar arriba o abajo, no sabía por dónde comenzar, y ahora estaba en el mismo cuarto que él. Solos. En la noche.

Esa noche corrió hasta la habitación cuando todos se hubieran despedido… se metió en el baño, y se ducho rápidamente. Se puso su pijama (una pijama bastante anti sexi, por cierto), y se acurruco bajo las cobijas. Justo cuando estaba por dormirse sintió los brazos de su novio enredarse en su cintura, y su aliento en su cuello. Se apretó en un ovillo, y se quedó dormido.


*
-Vamos Mimi, no creo que sea tan grave – le aconsejaba el pequeño Henry, con él tenía mucha confianza, pues era su amigo desde China, hace cerca de tres años.

-¿que no es grave? ¿Y tú ya lo hiciste con Hannie? >///<

El hámster solo se sonrojo mucho, lo que Mimi entendió a la perfección

-¡NO! ¡¿En serio?! O///O

Ahora estaba más preocupado, de que su amigo, supuestamente más pequeño, menos experimentado, y casi completamente ingenuo, le hubiera ganado en “ese” asunto.

-¡¿ottokhe?! ¡¿Ottokhe?! Henry… ¿te puedo hacer una pregunta? ¿Aunque sea un poco incomoda? >///<

-dime, para eso somos amigos.

Mimi tomo fuerzas, respiro hondo y saco todo en un suspiro, que si Henry no tuviera tan buen oído no hubiera sabido que era la pregunta

-¿Arriba o Abajo?

Cuando el suspiro de Zouh termino, Henry se rio, y le contesto.

-eso es demasiado obvio Mi… soy mucho menor que él, además de más bajito, y más pequeño, uno se acomoda mejor… es más fácil… – soltó una risita nerviosa y concluyo su respuesta con un lindísimo sonrojo en sus grandes mejillas

Y salió de la habitación dejando a Mimi sonrojado y aún más confundido


*SungMin*
Aigoo! Aigoo! Estos inquilinos son tan molestos.

Hace apenas dos días que llegaron y ya no los soporto… justo se les tenía que ocurrir jugar a “invadamos la intimidad de los fantasmas”… pero bueno, Chul se hará cargo de ellos o eso dijo…

Mientras tanto yo estoy aquí intentando ver quien aparece por mi cuarto…

Puaj! Mi cuarto está lleno de polvo… no he podido limpiarlo en cien años… mis peluchitos tienen tanto polvo que se ven grises en vez de sus colores originales… creo que voy a llorar…

Oh! Se oyen pasos… así que este juego si condujo a alguno a mi cuarto… y valla que es difícil llegar aquí.

-vamos, Mimi… entremos aquí…

-no, Kyu, no!

A pesar de las claras muestras de no querer entrar, la puerta se abrió. Y entraron dos chicos… uno casi devorando al otro…

Esto es demasiado incomodo incluso para un fantasma.

Los dos chicos cayeron sobre la cama sin muestras de quien era el que se oponía en un principio. Creo que mejor me voy de aquí. ¡¡Aigoo!! ¡¡Nooo!!! ¡¡Le harán perder la virginidad a los ojitos de mis peluchitos!!

¡Aigoo! ¡Aigoo! Tengo que sacarlos de aquí. Valla… sí que son rápidos… dos minutos de meditación y el chico de arriba ya va en pos de los pantalones…

¡NO! ¡¡SUNGMIN!! ¡¡EN QUE ESTAS PENSANDO!! ESTE NO ES MOMENTO DE VOLVERTE UN VOYERISTA!! ¡¡CORRE SALVA LOS OJOS DE TUS PEQUEÑOS!!

¡AHH! Y ahora como los saco de aquí… ¡Oh my gosh O///O! Corre… corre…

Tengo una idea…

Peluchitos… ¡¡¡¡ATAQUEN!!!!

De entre todo el polvo que se levantó, una horda furiosa (gracias a mi claro está) de peluchitos grises por el tiempo, cayó sobre ellos, haciendo que el polvo de la cama (el que ellos no habían levantado cuando se echaron sin consideración sobre mis virginales aposentos *¡SungMin! – me regañe yo solo - Bájale una rayita a tu drama… está bien… ¬¬'*) volara por todos lados…

-¡AHHH! - Grito uno de ello

-vámonos - lo tomo el otro haciendo que salieran de mi cuarto cubiertos de polvo hasta las orejas…

Hice que los peluches se impactaran aun contra la puerta cerrada…

mmmm…. Me pregunto si esto contara como “si los ves, asústalos” que me dijo Hee

-SungMin, te necesito aquí… ahora…

Ese es Chul llamando… bueno, la próxima deberé poner seguro a mi cuarto…


*SiWon*
Cuando llegamos a la sala, era cierto que ya estaban todos… me sentía mareado, y confundido.

Lo único que aun permanecía n mi recuerdo era la piel extremadamente fría de la doncella que agarre, aunque aún no había podido aclarar mis ideas… Sun Byul dijo que aquí había fantasmas, peor nunca dijo si era una chica, o un chico.

Y con solo verlo unos segundos no me había bastado para adivinarlo. Si dijo que había desaparecido el amante de ese conde, y sus amigos, peor no menciono si entre ellos se encontraba una chica, que a juzgar por lo delicado de su rostro y su cuerpo frágil, era así.

Todos tenían cara de espanto, y cuando me vieron suspiraron aliviados.

Cuando termine de contar mi historia, Sun Byul llego para darnos la cena. La verdad es que no tenía hambre, pero Hangen le había dicho a Henry que me cuidara, y el hámster ni loco me iba dejar irme con el estómago vacío.

Caminamos hasta nuestras habitaciones, no tenía ganas de estar solo, pero no podía pedirle a alguien que se quedara conmigo. Entonces, como salido del cielo, Eun se paró a mi lado

-Vamos, hoy dormiré en tu cuarto. No dejare que nada pase… además me toco cuidarte, y son órdenes del general Henry… - y se rio.

-gracias, Eun.

Mi cuarto era una habitación son mucha pinta de antigua, pero que aun así era extremadamente hermosa. Había una cama muy grande. Creo que la tendré que compartir con Eun. Bueno, no es que no hubiéramos tenido que compartir cama en alguna ocasión cuando salíamos a una sesión de fotos en un lugar desierto, con increíbles vistas, sí, pero sin habitantes en kilómetros a la redonda.

Eun se sentó a mi lado cuando me disponía a desplomarme en la cama.

-hoy mientras hablaba con Bummie, me dijo que había visto a un par de chicos fuera de la casa de Byul, justo antes de desmayarse. Y también me dijo que quiere saber qué pasa, y en ese momento, vimos como si nos atacaran con cualquier tipo de cosa que te imagines, la verdad no puedo describirlo de tan… raro que fue. Y ahora yo también quiero saber qué pasa. Te molestaría si nos quedamos para descubrir este misterio.

En todo lo que dijo, yo no me atreví a decir una palabra, pues aunque estaba nervioso y, se podría decir incluso que un poco asustado, yo también quería saber que había pasado con la chica del cabello rojo.

-vamos a averiguar que pasa aquí, pase lo que pase.


*Yesung*
Este juego va a ser muy divertido. Recorrer la mansión y averiguar dónde están esos pasadizos que dijo Sun Byul.

Corro detrás de KangIn, pues conociéndolo seguro hará trampa, o alguna cosa molesta para que no gane.

-Vamos, Kang… no me dejes – corría lo más rápido que me daban mis pierna, peor Kang no por nada es modelo deportivo (esos que modelan ropa de deportes porque tienen la figura de deportista profesional, y además Kang tenía la condijo física).

Me detuve a tomar aliento. Y se fue por una de las esquinas… ¡demonios! No se por cual… ahora estaba perdido.

-Sigue mi voz… te sacare de aquí…

Y como idiota, seguí la voz que me llamaba.

Llegue a un cuarto muy bonito, y tanto descuidado por el tiempo. Estaba lleno de instrumentos y partituras por todos lados.

En el centro había un chico. Demasiado joven. Demasiado bonito. Demasiado transparente… espera… algo no está bien… las personas no deben ser transparentes… me acerque un poco hasta él.

-eres un fantasma… - no era una pregunta. Asintió

-¿me puedes hacer daño? – esa si era una pregunta. Asintió de nueva cuenta

-pero no lo vas a hacer… - eso tampoco era una pregunta

-si sales por la ventana, caes al jardín de atrás. Y entras por la cocina. Si sales por allí – y señalo la parte de atrás de su chimenea – sales a la sala de estar.

-¿es este tu cuarto? – la verdad me daba mucha curiosidad, pues nunca me había topado con un fantasma, mucho menos me había imaginado que me ayudase.

-sí, y Hae te trajo aquí. Si ve que te saque me va a regañar… así que grita un poco por favor.

Y las cosas empezaron a estallar. Los jarrones, los floreros, una tacita de café, todo haciendo que pedazos filosos fueran a impactar por todos lados, cayendo también sobre mí, haciendo que tuviera muchas mini cortadas.

Se dio la vuelta y se disponía a irse cuando unas palabras, aun incomprensible para mí, salieron de mi boca

-¿quieres salir conmigo? – ¿le estaba proponiendo una relación a alguien muerto? ¿Qué me pasa? Pero lo cierto que este chico era realmente una buena persona. Además, desde que entre a este cuarto, sentí una gran tristeza, y la necesidad de protegerlo.

-si me ayudas a salir de este limbo, si – y cuando se fue, las cosas dejaron de explotar. Y corrí como loco hasta la cocina (si, brinque desde la ventana de un segundo piso, pero ni loco iba a atravesar un pasadizo secreto que no tiene buena cara).

Bueno… Ahora tengo novio… si se le puede decir así.


*RyeoWook*
¡Como aceptaste! ¡Vamos Ryeo! ¡Estás loco! Cálmate, cálmate. Si Hae se entera entonces si te va a ir mal. ¡Pero en serio! ¡Aceptaste salir con alguien vivo! ¡Y es un chico!

Después de que salí del cuarto no tenía intenciones de perderlo de vista. Aunque me costara seguirlo hasta el baño. Apenas había pasado cerca de cinco minutos con él y ya sentía que lo quería, que lo extrañaba cuando se fue. La última vez que recuerdo este sentimiento es cuando estaba muriendo. Cuando sentía que mi pecho se oprimía y mi corazón se tambaleaba. Pero claro, en esa ocasión era diferente.

Tratando de esconder mis meditaciones, llego Hee, con Hae, Minie y Teuki a sus espaldas.

-No sé cómo paso, simplemente me toco… - discutía con todos, y yo no entendía nada

-nadie nos puede tocar, ni siquiera nosotros mismos – Hace me dio un golpe en la cabeza, o eso intento, ya que me hice un ovillo para evitarlo, aun así me atravesó.

-No podemos dejar que se vallan así nada más, ahora que sé que me puede ver y sentir, creo que él será el medio para entablar una vía de comunicación – ahora no podía explicarle a Hee que también yo tenía una vía de salida.

-Lo voy a destruir. Si lo llego a encontrar lo destruyo. – ¿Eh? ¿Destruir la vía de salida? Hae estaba loco…

-eso no tiene sentido. Hace falta que nos libere, y luego si nos desharemos de Él – ¿Chul estaba de acuerdo? No lo permitiré. Si eso le piensa hacer a la vía de escape de Chul. Bien. Pero que no toquen a mi novio… por cierto… ¡no se su nombre! Qué clase de relación es esta…


*Siwon*
Sentía mi pecho subir y bajar… no podía abrir los ojos, estaba consiente. Atrapado en la oscuridad, sin poder abrir los ojos. Peleando con dios sabe que, que me tenía prisionero en mi propio cuerpo. Sentía la cama bajo mi tacto, sentía unas manos apresando mis muñecas. La resequedad en mi garganta y  muchas ganas de gritar.

En se momento la presión se liberó.

-no te vayas… - un susurro, que ni estaba seguro que fuera verdad, mucho menos que fuera para mí.

Eun estaba al lado, y parecía dormir de la forma más tranquila del mundo.

Sabía que no debía salir, aun así lo hice.

A la mitad del corredor estaba la chica, la doncella.

Corrí hasta donde estaba, y la seguí, y la seguí...

La alcancé cuando estaba frente a la chimenea del salón principal. Tenía los ojos llorosos. Aun no estaba seguro de si era una chica o un chico. Su rostro era fino, igual que su cuerpo, pero su forma de moverse hacia que pareciere un chico.

-no te vayas… - repitió. Le intente tomar de la mano. Pero no funciono, no como la vez pasada. Sentí un hálito frio rodear mi mano. Sentí miedo, y no solo eso. Atravesarlo mando a mi sistema señales de pánico. Pánico que decidí ignorar y contemplarla, ya que su belleza era extremadamente conmovedora.

-nunca me iré si me lo pides así… ¿tengo que hacer algo verdad?

-sí, sácame de aquí – y desapareció dando vueltas a través de la pared.

¿Que la saque de dónde? ¿Dónde está atrapada?

-debes volver a tu cama – desde atrás de mi escuche una voz. Sun Byul – Oppa, debes estar descansando…

-y tú también Byul. Además ¿qué haces en mi casa a las tres de la mañana?

-nada, vigilo…

-no te creo

-no me creas… pero vamos a dormir. ¿Te llevo a mi camita? – que rápido cambiaba de humor, igual de rápido que cambiaba de oppa al que molestar.

-no Byul, duerme. Descansa.

Y regrese a mi cuarto.


*LeeTeuk*
Vamos... que esto funcione… no tengo más remedio que hacer que me recuerde.

Esta mañana me pare frete a él. No me vio, pero estoy seguro que me sintió, porque se estremeció. No sé si de miedo. No sé si de recuerdos. Pero lo tengo que hacer. Y aprovechar que tengo esta habilidad para recrear nuestra vida juntos.

*KangIn*
Me recosté al fin. Este había sido un día muy complicado. Atacaron a Mimi y Kyu, Yeye llego con la cara de felicidad más grande del mundo, Henry estaba histérico, y Siwon perdido, a Bummie y Eun los atacaron, o eso dijeron, y a mí no me paso nada. Las cosas emocionantes les pasan siempre a otros.

Pero bueno, tengo que dormir. Mañana hay cosas que hacer. Parte del trato  por venir fue, la primera semana limpieza, la segunda, fiesta. Y ahora hay que cumplir.

*
Camino por un jardín, hay muchas rosas. Es el jardín de esta casa. Traigo puesto algo parecido a un traje, con aspecto de viejo, pero nuevo. Veo mis manos, y llevo una caja de regalo, verde con un moño del mismo color. Pequeña. Quizá sea una joya para alguien.

¿Para quién?

Siento unos brazos rodearme por detrás.

-Teuki, ya volví – le digo sin pensarlo.

-Me alegro, amor – y me abraza más fuerte. Intento voltear. Solo puedo ver su cuello. La pena me impide levantar más la vista.

-te traje un obsequio. Es oro de la india. Fui por especias, vi esto y pensé en ti. – abrí la caja. Mis manos temblaban. Saque una pulserita delgada, pues por su complexión los adornos ostentosos no le sentaban bien, en ella habían grabados dos elefantes unidos por la trompa – los elefantes en la India significan eternidad, como tú y yo, Teuki

-gracias YoungWoon – se la ponía alrededor de la mano, intentaba levantar la vista de nuevo, pero en ese momento me beso, y por instinto cerré los ojos. Era dulce, era suave, era adictivo. Se separó muy pronto, y cuando abrí los ojos, me daba la espalda mientras avanzaba a la casa.

-Hee nos está esperando. Vamos a cenar, luego tomaremos el postre en mi cuarto. – nunca volteo a verme. No vi su rostro. Pero le seguí hasta adentro de la casa.

Y entonces desperté.


*LeeTeuk*
Están allí. Sus recuerdos están allí. Sino no hubiera podido mostrárselos. Pero bloqueo mi cara. No recuerda mi rostro. No me recuerda a mí.

O no quiere hacerlo.

Sería muy doloroso para él.

Si recuerda el día en que morimos, será doloroso. Sobre todo si recuerda el dolor, y el amor que nos teníamos. Será peor para él, ya que está vivo. Yo solo me iré. ¿A dónde? No lo sé, pero él se quedara aquí con sus recuerdos, con ese amor eterno que me juro y que al parecer así es. Sufrirá vivo, porque no tengo el corazón para matarlo, ni para dejar que él lo haga solo. Y ninguno de los dos mancharía las manos de algún amigo con su sangre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario