lunes, 20 de mayo de 2013

Ghost 03


Capítulo 3
Leyendas


**
Heechul caminaba por los pasillos de esa enorme casa.

-Heechul, ¿Dónde estás? Tengo que hablar contigo. – lo llamaron desde dentro de la habitación por la que pasaba.

-vamos, amor. No me hagas acompañarte, Teuki no se siente bien, y además Hae y Wookie se volvieron a pelear…

-tendrás que acompañarme…

Una sombra salto sobre él, sintió el frio del acero cortándolo, haciendo que su cálida sangre se vertiera por toda la alfombra

-…para siempre – oyó que le decían mientras iba cayendo en la inconciencia.



*SiWon*
Sun Byu comenzó a relatar la historia que nos había prometido cuando se desmayo Kibum.

-Dicen que en esa casa hay fantasmas – su voz intentaba copiar la de los programas de radio de terror, en los que solo oír el narrador, se te erizan los vellos de todo el cuerpo. Pero solo conseguía hacer que sonara chistosa.
»Hace cerca de cien años, esta casa fue construida como un capricho. Un capricho que tenía el novio de un conde que vivió aquí. Él había vivido durante toda su infancia en Londres, pero cuando cumplió diecisiete a su padre lo transfirieron como secretario de este noble.

»El conde cuando lo vio, quedo completamente loco por él. Y él también le tenía un amor incondicional. Así que como quería que no extrañara el sitio en el que fue criado, mando construir esta casa.

»Solo habían pasado unos años, nadie en el pueblo sabía que ellos tenían una relación más allá de la amistad. Hasta que un día el conde desapareció. Y con el los chicos que vivían con él, pues su novio le había pedido hospedaje para sus nuevos amigos, y también desapareció un chico que visitaba la casa con frecuencia.

»Nadie se enteró de lo que había pasado, pero desde entonces nadie puede pasar una noche en esta casa. Así que si sienten algo raro, pueden salir corriendo y yo les comparto mi camita… sobre todo a Yesung-oppa..

Termino de relatar mientras se servía mas kimchi, y se restregaba un poco contra Yesung, quien estaba sentado a su lado.


*por la noche*
La historia de Sun Byul no había podido salirse de  mi cabeza. Eso y el incidente con Kibum.

Al parecer Kibum no había estado comiendo bien últimamente, o eso nos dijo. Y se desmayó por eso. No le creí, pero como estaban todos no quise interrogarlo más.

Esa noche hacía mucho calor. No quería ni levantarme, mas sin embargo necesitaba un vaso de agua, con urgencia.

Camine un poco somnoliento por los pasillos de la casona, cuando escuche algo que no debería estar sonando…

Parecía una caja musical, peor no identificaba el lugar de procedencia. Camine por fuera de los cuartos de mis amigos, pero el ruido no venía de ninguno de estos lugares. Cuando di la vuelta en uno de los pasillos listo para regresar a mi cama y olvidarme del asunto, lo vi.

Era una figura resplandeciente, un chico pálido y con apariencia débil. Tenía unas ojeras muy marcadas. Además era el quien veía cantando una canción, y su voz asimilaba la de una caja musical. Se me erizaron los vellos de todo el  cuerpo, y no por miedo, ya que nunca he sido ese tipo de personas.

“¿Cuándo florecerán las flores de Cerezo?*”

Mi reacción no fue normal, la que una persona esperaría de alguien en su sano juicio.

-¿Qué haces aquí? ¿Quién eres? – tenía que preguntarle, corrí hasta donde estaba, y en un segundo que parpadee, ya no estaba. Solo seguía sonando esa tonadita melosa, y un susurro que me helo las venas

-Eso debería preguntártelo yo…



*Heechul*
¡Bravo! ¡Bravo! ¡Había logrado ponerle los pelos de punta a uno de ellos! Y fue tan sencillo… después de todo ese era mi talento especial. Hacer que me vean.

Bueno, tanto asi como un talento no, ya que desde que estaba vivo todos me veían, y conserve esa habilidad después de morir, así como Hae conservo sus conocimientos de cartografía, o Wookie su voz.

Después de que Teuki reconociera a YoungWoon, no tuvimos más tiempo de conversar, de saber qué es lo que haríamos, si convencer a Young a que nos ayudara o seguiríamos con el plan original.


Los seguimos por un corto periodo hasta que llegaron a casa de Byul.

Anotación mental: Hablar con Byul después

En casa de Byul, uno de esos chicos raros que acompañaban a YoungWoon se desplomó sobre los sillones.

-Teuk, ¿eres tú?

-no, nunca lo haría, mis alucinaciones son buenas, pero tengo muy mala puntería, evito lanzarlo cuando hay mucha gente.

-entonces ¿está cerca Minie?

-no, le está ayudando a Byul a cocinar

-recuérdame ¿porque Minie le ayuda  a Byul a cocinar? – le dije mientras me sobaba las cienes.

-porque queremos mucho a esa niña, y Mini-Min es el único que sabe preparar cosas ricas, además ella tiene a los invitados que nos pueden sacar de este limbo, por eso.

-recuérdamelo luego – estábamos acuclillados viendo por el alfeizar de la ventana. No nos verían, pero por si las dudas.

-¿y Hae y Wookie?

-de ellos no he sabido nada, no desde que te oí hablando con Hae en el pasillo

-oh Dios! En ese momento estábamos con ese chico. YoungWoon, pero había tan poca luz que no lo reconocí, y Hae le hizo unas travesuras!

-no te preocupes por eso.

En ese momento una onda expansiva nos mareo

-Teuk, sentiste eso ¿verdad?

-la onda de Hae, pero parece que no fue apropósito, Hae no manda las ondas tan indirectas – a base de que Dongie practicara casi a diario con él, sabía exactamente como se sentían sus ondas

-entonces están en los alrededores de la casa.

-está enojado – concluyo después de que otra onda nos impactara haciendo que perdiéramos el equilibrio.

-corre, hay que encontrarlo.

Le dimos una vuelta  a la casa. Y entre los jardines estaba parado, de espaldas a nosotros, y con voz de mando regañaba al pequeño Ryeowookie, que solo hacia caras y pucheros.

-¡BASTA! Cállense los dos – desde antes de morirse eran así, peleaban por todo. Y parecía que no habían madurado en los últimos cien años

Y en ese momento me di cuenta de lo que había pasado.

Hae no había dirigido su onda de confusión, pero había acertado a uno de ellos. El cual nos estaba viendo por la ventana. Viendo sin ver, porque a estas alturas lo único que distinguía eran sombras. Nadie a quien le lleguen ondas directas de Dongie se mantiene en pie mucho tiempo, pero a su lado había otro chico, de cabello oscuro, delgado, aun así fuerte.

-Yesung nos está viendo – Teuki también lo había notado. Un momento… ¿Cómo sabia el nombre?

-vámonos

Y desaparecimos bajo el suelo.



Bueno, eso no había resultado del todo bien, así que aquí estaba, con otro intento por asustarlos, por hacer que se volvieran nuestros.

Y ese chico había caído redondo en mi juego.

Me puse mi mejor atuendo, aquel con el que había corrido ya a muchos de mi casa, porque esta era por derecho mi casa, y con ayuda de Minie y Wookie (¡SI! Por fin hizo algo bien mi pequeño), había logrado lo que en un principio tratamos.

Desaparecí tras una pared, mientras sentía las ligeras vibraciones de un cuerpo al estremecerse viajando en el aire.

-no creo que lo saques de la casa, en la tarde estaba muy decidido – Byul había llegado

-Aigoo… Byul, deja de asustarme, o te mato – y me reí por la ironía del chiste

-vamos, Hee. Sabes que no puedes matarme. Y venía a darte un aviso. O no lo quieres. –Byul había aprendido otra cosa de SungMin aparte de cocinar: a hacer pucheros encantadores.

-Ya, ya…  a ver, ¿qué es eso que quieres decir?

-sabes que luna es hoy, ¿no?

-Menguante

-y sabes que en menguante me toca la lectura de tus cartas, ¿no?

-aja, y que leíste hoy – nunca le había creído a Byul y sus cartas, sin embargo cada mes me venía a ver y a decir lo mismo: “por ahora no hay nada que hacer” o “los huéspedes de ahora no son los indicados” y al día siguiente estábamos solos en la casa, como siempre

-tu tiempo termina, Chul. Dejaras de “medio-vivir”. No sé con exactitud porque, pero ellos nos harán bien.

-…- estaba en shock, ¿después de cien años aparecían para liberarnos los indicados, y eran un grupo de modelos molestos? Bueno, si con ellos había aparecido por fin YoungWoon no era de extrañar.

-adiós – y se dio la vuelta por los pasadizos secretos de la casa.
Hae, Wook, Teuk y Min salieron de detrás de los muebles.

-¿en serio crees que ya no nos quede mucho tiempo aquí? – la voz de Minie no quería tener esperanza, aun así ya era tarde. Estaba lleno de ella.

-eso quiero creer Minie, eso quiero, por mi bien, y por el suyo… yo lo arreglare, después de todo esta es mi casa, son mis reglas con las que se juega y ustedes y ellos son mis huéspedes.



*Siwon*

Desperté de golpe en mi cama. La luz que entraba por la ventana era mucha. Así que era cerca de medio día.

No sabía porque, pero me sentía pesado, el cuerpo. Entonces recordé la noche anterior. ¿Fue un sueño? ¿Fue real? Sacudí mi cabeza para despejarme. Salí a la sala a ver como estaban mis huéspedes

-¿uno de ustedes vio u oyó anoche algo raro? – todos estaban en desayunando, sí que me senté con ellos.

-nadie, hyung – Kyu respondió después de ver a todos

-me pareció que a media noche había una chica cantando.

-ah! Eso significa que necesitas una novia, Siwon-sshi –KangIn tenía muy poco tacto para decir lo que quería. Lo mire de forma desafiante

-¡¿qué?! ¡Yo ya tengo una! A la que por cierto le voy a hablar, con premiso.

-Hyung, tengo algo que decirte – Henry que usualmente no decía nada estaba muy nervioso. Me pare sin terminar mi desayuno.

Salimos de allí y caminamos, sin darnos cuenta hasta el jardín de flores.

-hay alguien en esta casa. No creo que sean tan malos, o ya nos habrían sacado desde anoche, peor aún así hay que tener cuidado. Ahh!! Y Hanie ya viene. Te llamara para avisarte. – en cuanto menciono a su novio una sonrisa que pocas veces veía, apareció.

-en verdad pareces un hámster, Henry – solo sonrió despacito esta vez y se fue. Había llegado casi a la casa cuando me grito.

-anoche se sentía frio, pero no me asusto, así que solo fueron presencias. Debes tener cuidado si esa chica se vuelve a aparecer frente a ti.

-gracias, Henry

En ese momento sonó mi celular. La pantallita comenzó a parpadear

HanGen

-¿Hannie? ¿Qué paso? Me dijo Henry que volvías

-¿Henry te dijo? No le he dicho ni a el que vuelvo, le quería dar una sorpresa.

-Henry no es del tipo de personas a la que sorprendas – sí que era raro su novio…

-bueno, en todo caso, mi vuelo sale mañana en la tarde, tengo un photoshoot en Seúl en la noche, por eso vuelvo antes, me llamaron. Y por la mañana estoy con ustedes. Ya no me da tiempo de volver a China.

-¿y cómo están tus padres?

-muy bien, aunque hay algo que me preocupa, quieren que me case. Y no precisamente con Henry…

La comunicación se cortó.

¿Qué había dicho? ¡Oh  Dios mío! ¡Henry se molestaría mucho si no se solucionaba eso!

Meditando en eso entre a la  casa.

-deberías recorrerla para conocerla -  Eun y sus grandes ideas. Si había fantasmas, no creo que sea buena idea recorrerla.

-sería divertido. ¡Hagamos un juego! – Yesung estaba emocionado con los fantasmas. De hecho le encantaban.

-¿qué quieres jugar? – Zouh Mi no estaba tan convencido, pero se le notaba la curiosidad.

-vamos a recorrer la casa, con una cámara. Sun Byul ¿Cuántos cuartos tiene la casa?

-Cuarenta y cinco habitaciones, trece pasadizos secretos, dos torres, una biblioteca, cocina, comedor, desayunador, caballeriza y jardín frontal y trasero.

¡De donde sale esta niña! ¡Y de donde la había visto Yesung!

-así que recorreremos todo, sacaremos fotos y quien llegue primero de vuelta aquí ¡gana!

-¿y que ganare? – Kang estaba emocionado. Cualquier tipo de competencia lo emocionaba.

-¡¡hare el desayuno por tres días!! – Yesung siempre alardeaba de su capacidad de cocinar, que la verdad no era nada buena

-mejor que sea Bummie… - la cara de Kang decía lo que todos sentíamos.

-¿y yo que? ¿Si yo gano qué? No puedo cocinar tres días para mí mismo, además ese sería un castigo, ¿y si quien cocina es el último?

-¡En sus marcas! ¡Listos! ¡Fuera! – Sun Byul había reunido nuestras cámaras en lo que discutían el premio, y cuando me di cuenta todos se habían ido.

-qué te parece que vamos juntos, Henry… menos peligroso

Solo asintió con la cabeza. Kyu se había ido con Mimi, así que dudaba que ganaran… llegarían tarde si se entretenían…

Kang y Yeye habían decidido correr juntos, así se aseguraban que ninguno de los dos hiciera trampa.

Bum y Eun se habían ido platicando por su lado. Después de todo eran grandes amigos.

Asique me quede solo con Henry.

Caminamos en silencio. Con él era muy fácil estar así. Ni siquiera sé cuándo comenzó a salir con mi mejor amigo. Era tan callado y Hannie tan escandaloso… jmmmp!…

Llegamos a una gran estancia que no había visto antes. Por toda la pared había cuadros que parecían muy antiguos. Retratos y cuadros familiares.

Detrás de una sábana blanca cubierta con polvo había un cuadro escondido.

Lo revise.

Había cuatro chicos allí. Uno pequeño y con una sonrisa tímida. El de al lado, parecía un maestro o algo así, por la forma de vestir, aunque en realidad se adivinaba joven. El siguiente parecía un conejo, son sus grandes mejillas rojas y un pastelillo en las manos. Y el ultimo se veía algo mayor que los demás, aun así muy chico. Quizá uno o dos años más que yo. Y allí se cortaba la pintura, una rasgadura dejaba ver un poco de cabello largo y rojo. Además de una mano en la cintura de la figura de rojo. Me pregunte si estos eran los chicos de la leyenda de Sun Byul.

Por impulso (y como prueba de que habíamos estado allí) le tome una foto.

El flash hizo que una esquina de otro cuadro brillara. Lo vi y una sensación extraña me invadió. Henry seguía en la puerta viendo con curiosidad.

-ese tipo, yo lo conozco…

No sabía porque, peor se me hacía familiar, como si lo conociera. Tenía el cabello negro y muy bien arreglado

Además una mirada muy rara. Habrá sido difícil pintarlo.

-Henry… - volteé a verlo, pero no estaba.

-dime quien eres y que haces aquí… - atrás de mi apareció la misma figura de la noche anterior. La Doncella.

Era quien faltaba en la pintura. Su cabello era un poco más oscuro, pero era rojo, además tenía un resplandor asombroso.

-me llamo Siwon, compre esta casa… - no alcance a decir más. Poco a poco comenzó a desaparecer…

-¡no te vayas! – corrí hacia ella y le tome de la muñeca. Su cara demostraba que no podía creer que eso pasara. Yo tampoco sabía porque la podía detener. Entonces mi cabeza comenzó a dolerme.

Y vi muchas cosas…

Mis amigos eran perseguidos y atrapados, luego los vi en un mar de color rojo. Sus cuerpos inertes flotaban y yo no pude hacer nada.  Nade hasta ellos. Y se deshicieron en mis manos.

-¡Siwon-hyung! ¡Reacciona! ¡Vamos! -  la cara de Henry era de preocupación cuando lo vi – vámonos, hyung. Nos han de estar buscando, ya es muy noche. Donde haya más luz te reviso.

Henry sabía algo de medicina tradicional china.



*Heechul*
-No sé cómo paso, simplemente me toco…

Todos estábamos muy sorprendidos, para es aparición había contado con la ayuda de Minie y Hae, pero cuando Teuki vio que me tenía de la muñeca, tuvo que intervenir y le dejo alucinando un poco.

-nadie nos puede tocar, ni siquiera nosotros mismos – y Hae intento darle un golpe a Wookie, quien instintivamente se agacho, pero solo lo atravesó.

-No podemos dejar que se vallan así nada más, ahora que sé que me puede ver y sentir, creo que él será el medio para entablar una vía de comunicación – woo! Eso sonó tan… pff! No se me quitaban las manías de mi vida pasada. Después de todo fui el hijo de un alto funcionario, y tuve como amante un conde, asique era lógico que fuera una persona formal y correcta.

-Lo voy a destruir. Si lo llego a encontrar lo destruyo. – Hae estaba muy alterado. Y al parecer podía intuir en quien estaba yo pensando.

-eso no tiene sentido. Hace falta que nos libere, y luego si nos desharemos de Él.  – ese era nuestro objetivo. Dejar este limbo. Y justo ahora deseaba con todas mis fuerzas que lo que decía Byul fuera cierto.



** En China

-HanGen, ¿a dónde vas?

-Me voy a Seúl, tengo una sesión de fotos, y luego tomare mis vacaciones con Henry y los demás. Siwon acaba de comprar una casa en las afueras de Seúl.

HanGen salió de la sala blanca donde estaban terminando los modelos que hacían falta. Tenía que empacar. No sabía porque eran vacaciones si le hacían trabajar, y además ahora tenía que volver. Eso no le desagradaba, pasaría un buen tiempo con su hámster.

-El dueño de esa casa me las pagara…

Es susurro detrás de él se perdió entre los flashes y los obturadores.

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